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20 marzo, 2006 

CAFÉ BLANCHE



Creyendo que la mejor cura contra la melancolía
eran esas superficies radiantes y abiertas
fuiste hasta las memorables ruinas
y viste la estatua de basalto
que del cuerpo de Antonio hicieron.
Grecia era el testimonio, bajo esa copiosa
y virulenta luz, de cómo solo lo externo
tiene propia existencia.
Ética y belleza
eran una y lo mismo.
Tallar el cuerpo era
tallar también el alma.
Curar el odio a si mismo
era curar la soledad.

De vuelta a casa, liberado ya del pasado,
con aquellas camisas de colores chillones,
tus negros pantalones de tres prenses,
tus zapatos puntiagudos y habaneros,
el desnudo pecho mostrando la cadena
de oro macizo y los cinco medallones
entrabas al Blanche y pasabas las noches
bebiendo cubatas y quemando porros.

Todas y todos eran tuyos.
Te enamorabas, sin duda.
Amabas tanto los ritos de la carne,
su lenguaje y sus palabras
que incluso ahora, cuando escribes,
no sientes, tampoco, interés alguno
por el "acto final".

Harold Alvarado Tenorio

Leyéndote...
Un abrazo

¿Cuándo regresarás?
Te esperamos...

Lei tu pagina con emoción, y me encontre en ella muchas veces como si fuera un espejo.
Es maravillosa, te felicito y te espero por la mia.
Saludos.

Magia

Si yo entiendo, como nace el día,
Entonces podre entender como muere,
que pasajes y caminos mis pies recorría?,
cuando descubrí que nunca podre conocerte.

Y mientras perdido en mi mundo me encuentre,
No soñare la verdad que mi alma merece,
Sufriré lo normal que un humano siente,
Y moriré normal, ciego, frió, sin lágrimas, inerte.

Pero por encontrar el sendero de mi vida,
Me ha llevado a perderla completamente,
El destino ha sido pobre y mi alma corrompida,
Pero pasan los días y todavía sigues en mi mente.

A pesar de que corro hasta el final,
El sendero colorido se opaca,
dejo de reír y dejo de ser sentimental,
injurio contra el cielo,
e incado me dejo desangrar.

Por que me quitan lo que añoro,
Si lo único que pido es paz,
No es capricho lo que pido,
Es silencio, que me dejen respirar.

Que arte mas vano e insensato,
que se logran acomodar,
las letras y las palabras,
y que se ponen fin,
cuando ellas quieran terminar.

Pero no termina mi sensación,
de una guerra fría en el corazón,
de una lucha macabra,
que se apropia sin lógica ni razón.

Lo más que puedo hacer con mis letras,
es engañarlas, traicionarlas, estropearlas;
que no tengan sentido entre si mismas,
que todo parezca una simple magia.

Y como yo, dejare la ultima palabra,
Sola, fría, sin palabras sobre ella,
Que se vea humillada y desapropiada,
Que sufra y que muera,
Aunque igual, ella sola, diga mas que yo.

amor.

by hannibal

Cómo me agrada la poesía...
(Me parece que se le escapó una teta!)

Cómo me agrada la poesía...
(Me parece que se le escapó una teta!)

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